La apendicitis es la inflamación del apéndice que se encuentra al final del intestino grueso. Aunque es bastante habitual, no suele ser fácil de diagnosticar, ya que al principio se nota dolor alrededor del ombligo y, pasadas unas hora, es cuando empieza a doler en la zona del abdomen inferior derecho.
Los síntomas no son siempre los mismos, aunque siempre hay dolor abdominal; además pueden aparecer mareos, fiebre, diarrea, vómitos, etc. El dolor abdominal se intensifica al toser y al realizar movimientos bruscos y es muy característico, ya que duele cuando se presiona la parte inferior del abdomen derecho, pero si se suelta bruscamente, duele aún más.
La apendicitis está causada por una obstrucción en el apéndice tras haberse acumulado heces, comida o cuerpos extraños; también puede estar causada por un tumor, pero es mucho menos habitual. Normalmente aparece en jóvenes de entre 10 y 30 años, aunque puede aparecer a cualquier edad.
La cirugía es el único tratamiento posible ante una apendicitis. Cuando se sospecha que se puede tener apendicitis hay que acudir rápidamente al médico, ya que si el apéndice sólo está inflamado, pero no se ha roto, la operación es muy sencilla. Se realiza una laparoscopia, que consiste en hacer tres pequeñas incisiones en el abdomen para extirpar el apéndice.
En cambio, si no se extirpa pronto, normalmente a las 24-48 horas, la inflamación del apéndice puede hacer que se reviente y producir una peritonitis. La peritonitis es una inflamación del peritoneo, que es la membrana que recubre la pared interna del abdomen y envuelve los órganos de esa parte del cuerpo; por ello es tan importante evitar que una apendicitis, que no reviste casi gravedad, se convierta en una peritonitis, que es muy grave.
En algunas ocasiones los médicos aprovechan una operación de abdomen para quitar el apéndice y evitar una futura apendicitis.