Cada bebé es único, por eso, los cuidados del recién nacido también deberán serlo. Entre madre e hijo se establece un vínculo desde el embarazo, que se irá desarrollando a lo largo de toda la vida. Ambos se irán conociendo y adaptándose a cada nueva etapa. En esta preciosa aventura, hay pautas que podemos observar para hacer del desarrollo del niño un proceso seguro y para tranquilizar a las madres primerizas.
Estas sucesivos post vamos a hacer recomendaciones y un repaso a los controles habituales para verificar la salud y el correcto crecimiento del bebé. Algunos los realizará el pediatra de forma rutinaria tras el parto y en los primeros años de vida. Pero en todo el proceso de crecimiento los padres deben estar atentos a la evolución de su hijo. Aquí, nuestro especialista en salud infantil te cuenta cómo detectar algunos problemas e interpretar síntomas en el bebé.
Exámenes médicos
Los primeros exámenes y evaluaciones del bebé se llevarán nada más nacer. El test de Apgar consiste en valorar el estado tras el alumbramiento. Para ello se tienen en cuenta determinados signos vitales: ritmo cardíaco, patrón de respiración y llanto, color de la piel, tonicidad muscular y reacciones reflejas. Estas mediciones y observaciones se toman en tres momentos distintos dentro de los primeros cinco minutos de vida.
De acuerdo con los resultados obtenidos el médico evaluará si el recién nacido alguna requiere atención especial de inmediato.
Entre el segundo y quinto día de vida se le realizará un análisis de sangre, conocido como análisis del talón o pesquisa neonatal, que consiste en la extracción de sangre del pie del neonato para detectar enfermedades metabólicas congénitas como la fenilcetonuria, el hipotiroidismo congénito y la fibrosis quística.
Análisis de mucosa
En los primeros dos o tres días de vida es común en algunos bebés la secreción de gran cantidad de mucosa incolora que hasta puede causarle vómitos y/o regurgitaciones. Esto se debe a que ocasionalmente su estómago se llena de esta sustancia y el bebé la eliminará a través de su garganta. Observar esas secreciones avisará si todo está bien.