Las varices son algo más que un problema estético, pueden convertirse en una cuestión de salud. Es conveniente, pues, no descuidarlas y prevenir en lo posible su aparición o agravamiento.
Las venas varicosas o arañas vasculares se producen por una insuficiencia venosa periférica. El tejido de las venas se destensa y se dilata y eso hace que se acumule la sangre y aparezcan esas arañas venosas e incluso bultos, momento, el cual, habrá que conseguir información sobre distintos métodos para eliminar varices.
El origen de las varices puede ser por cuestiones hereditarias, por predisposición debida a la debilidad del tejido venoso… Otras circunstancias como el sobrepeso, el sedentarismo (estar mucho tiempo sentado o de pie), el estreñimiento o el embarazo facilitan su aparición. Las mujeres las sufren con mayor frecuencia.
La postura erguida del hombre hace que el retorno de la sangre al corazón deba producirse de abajo arriba, en contra de la fuerza de la gravedad. Aunque el sistema venoso está dotado de válvulas que se cierran para evitar que el torrente de sangre vuelva a caer, a veces su mal funcionamiento o la dilatación o distensión de la vena hace que se produzcan los abultamientos.
Además de hacerse evidentes a simple vista, hay algunos síntomas que alertan, como los calambres, dolores, pesadez en las piernas, cansancio… Cuando se complican más pueden producir hemorragias, úlceras…
¿Cuál es el mejor tratamiento para acabar con las varices?
Hay diversas técnicas que permiten eliminar varices. En los últimos años han aparecido nuevas soluciones que no requieren cirugía y pueden hacerse de forma ambulatoria con anestésicos locales.
Una de las formas de abordarlas es inyectando un medicamento esclerosante con un anestésico local. Esta sustancia, que puede ser líquida o en espuma, inflama la pared interior de las venas, hace que este tejido (llamado endotelio) se endurezca y se cicatrice y que la sangre deje de circular por ella. También puede provocar la rigidez de las venas por métodos físicos, a través de láser o radiofrecuencia.
En el caso del láser, la acción de la luz produce un calentamiento de los glóbulos rojos que alcanzan el endotelio y a través del calor provocan rigidez, similar a la que se logra con la inyección de productos químicos.
El médico será el que evalúe la mejor forma de abordar el problema en cada caso y el número de sesiones necesarias. En el diagnóstico se realiza con eco-doppler, que combina la ecografía y se logra ver el trayecto de la venas y arterias y el flujo que va por ellas. Son técnicas que no requieren hospitalización y se realizan en consulta.